miércoles, 26 de noviembre de 2008

LAS SIRENAS YA NO CANTAN



Las sirenas ya no cantan para
los trovadores del desencanto
y a los mercaderes
se les congelan las ratas en la boca.
Imperturbables desde su inexpugnable terror
nos acusan de vivir,
incendian con palabras imposibles
los lechos donde el amor es puro y febril
desde púlpitos imperativos
nos cargan con el dolor de sus templos
nos escupen a sus dioses
que llenan el horizonte de cuervos hambrientos de ira
nos arrebatan la esperanza
para vender nuestro miedo,
luminosos avanzamos
hacia las tinieblas del abismo
con el odio bien armado
para hacer igual lo diferente.
Nada podrán
atravesaremos la noche a dentelladas
para huir de la ciénaga de togas y pólvora
lavaremos el lodo de vergüenza con que nos han manchado
en el primigenio azul del mar que conocemos
y una vez allí, en lo profundo
volveremos a amarnos hasta la destrucción.

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