miércoles, 19 de noviembre de 2008

El principio

El principio aquí y ahora
como la ola que ignora
si será sunami o llegará
íntima a la orilla para acariciar tus pies,
tus pies que andan escapándome.
Opuesta a mis anhelos vas arando mi piel,
ajena parcela porosa que se extraña de ti,
que te extraña a ti.
¡Qué lugar inhóspito vivimos!
No se…
Esto es el principio.
Tengo que arrancarte como un caducado parche de morfina .
No se…
El camino se esconde detrás de enredaderas de lujuria y hastío.
Cojo firme la guadaña
Es el principio.


Vale. Hoy comienzo este viaje y tengo dudas acerca de si también terminará en este mismo acto o seré capaz de desbrozar el camino de mis eternos (y queridos) miedos.
Quiero escribir, me apasiona escribir. Pero escribir es cirugía sin anestesia, hay que emborracharse para aguantar y a mi edad empieza a sentarme mal el alcohol. Así que voy a gritar de dolor y voy a intentar que sea aquí y que ese grito engendrado con palabras sea lo más hermoso que pueda y también, por que no, lo más simpático, con la ironía de quien lo pierde todo riéndose de si mismo.
Este será un ejercicio en soledad, como debe ser. Puede ser que mis monstruos no tengan vida más allá del ombligo que es este espacio de arena. Es posible que mis frustraciones sigan ahí como carceleros indecentes de mi duda… Y que nadie me escuche… Y que mis botellas de náufrago naufraguen…. Y que nadie me escuche…y que me ahogue en el mismo mar donde naufraguen mis botellas de náufrago. O no. Puede que mi vanidad venga al rescate como cuando era un niño…

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