miércoles, 25 de febrero de 2009

LUZ DE OCASO



Luz de ocaso
entra por la ventana
para incinerar
con un escalofrío
cuerpos por el deseo enfrentados,
ojos que devoran y manos
que sólo se atreven al roce
preámbulo de consolidados anhelos
ya las bocas arden
en el empeño de recorrer
caminos de vaho y humedad palpitante
vidente piel que inquieta espera
malabarismos de dedos
que se contraen en la niebla candente
y luego se expanden
por geografías de terciopelo infinito
arrecife de rosas
donde incesantes
baten susurros y respiración loca
mueren los amantes
mientras se precipitan
por laderas de volcanes
que sólo el océano detiene
si, ese, amor mio, ese tan oscuro
donde habitan las sirenas
que nos matan
mientras nos sueñan.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. Kai,
Dulce muerte en ese sueño
erupción voluptuosa
piel en llamas que se quema
boca, fuego, alma, cuerpo,
silencio que estalla en segundos
de gemidos contenidos
susurros al corazón
equilibrios amantes
orgasmos en funambulismo.
Un beso,

Anónimo dijo...

A estas alturas del campeonato no vamos a ponernos con la vieja historia de quien la tiene más grande, así que no insisto con la envidia que me dan sus versos, Sr. Kai, aunque no pueda evitarla. En lo que si insistiré es en aquello de "Nadie conoce a nadie" ¿recuerda la película? pues eso, que tengo que lamentar no haber compartido más con usted en aquellos momentos en los que se podía, y que me siento orgulloso de seguir siendo su amigo. Joder, aún me va a caer la lágrimita por sus málditos versos ¿seguro que no tenía ninguno debajo de la cama? ¿pero, como es posible?. Un abrazo sincero.

Anónimo dijo...

Deseos, anhelos, palpitaciones, pieles susurros, bocas ardientes y… la luz del ocaso entrando por la ventana, condenada a morir en la oscuridad de la noche.
Tremendos versos hoy querido amigo. Definitivamente, sí, demos la bienvenida a la primavera, yo en tanto los leeré de nuevo, me han sabido a poco.
Un beso, kai, un placer como siempre.

Franz dijo...

La luz en la espalda, deseos, olvidados Del mundo exterior, ELLA Y YO ¡EL FUEGO! sábanas, manos, que se pare el tiempo.... los volcanes escupiendo fantasias, humo en el agua, mis sirenas alejándose a mi encuentro, cierro los ojos y no quiero que esto se acabe nunca...
Sr. Kai, el poema es mio, quiero preámbulos, atardeceres, al mundo en mis manos. Enorme, me vuelvo a la cama, usted es el culpable y voy a abrir las pesianas. Un abrazo, poeta demontre. UUFFFF¡!