jueves, 12 de febrero de 2009

TACTO




Un leve roce
mínima y sutil caricia
y el óxido fluye locamente
por el corazón seco de inútiles incendios.

Milagro del inquieto tacto
que arranca sonrisas de metal
a los cíclopes que habitan
carbones y presagios.

Piel próxima
como un atisbo de tormenta
susurro de deseo a gritos
relámpago que penetra
en la carcoma del árbol muerto

Oleaje de cabellos
bate en muñones enhiestos
morena galerna
de vaivén insoportable y delicioso
que eriza los poros del gesto

Espera
esa ínfima porción de aire
que nos separa
todavía no se ha llenado de gemidos
ni de impaciencia conquistada

Inexorable dios de la carne
concédenos este feliz preámbulo de lujuria.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Un ligero roce es capaz de desencadenar una galerna, de desatar un incendio de pieles justo antes de adentrarse en el ojo del huracán; hasta los míticos gigantes están confundidos con tus palabras, pues veo que han forjado mis flechas con flores, y el mismo Poseidón sólo consigue hacer temblar los cuerpos.
Y esto es sólo el preludio. Amigo Kai, no quiero pensar como terminan estos versos.
Sublimes y elegantes. Dignos de ti.
Un beso, Kai.
Estás amueblando muy bien tu casa; realmente acogedora, vete preparando esa chimenea, la charla será magnífica, te acepto ese café y no me importará acompañarlo de un buen xastreu, yo lo llevo.

Franz dijo...

Baudelaire, más elegante no puedes ser amigo mio. Eres grande, te echamos de menos en las arenas del camino, desengancho de allí y vengo, y me sorprendes. Por allí te reenganché, estamos puerta con puerta, no se te ocurra marcharte otra vez. Un abrazo.
PD. allí está el pisito amueblado para las dos, Byron y Artemisa, te invitan a café cuando quieras.

Anónimo dijo...

...Lujuria todavía contenida
para hacer más intenso el instante
del preludio húmedo en el cuerpo,
que desea callar la boca
en lucha de lenguas como espadas,
que ansía la luz de la piel
relámpagos deslumbrantes en caricias,
que anhela sentir el nudo
que sólo se desenreda
tras la agotada agitación
de dos cuerpos apasionados...
...ya en calma.

Gluppps... a veces no puedo evitar hacer estas cosas.
Un beso,

Anónimo dijo...

Querido Sr. Kai: vuelvo a insistirle en que no tome al pie de la letra todas las anotaciones de mi bitácora, ya que tengo la costumbre de mezclar las páginas para crear ese laberinto de sentimientos del Libro Negro. La última anotación se remontan a aquella época en la que aún intercambiabamos ideas en torno a una mesa, simplemente estos desactivando algunos fantasmas para que deje de hacer ruido mi cama. Con respecto a sus versos vuelvo a inclinar mis alas con respeto, y a asegurarle que me tiene totalmente rendido con esta faceta poética que desconocía. Está usted creciendo mucho, Sr. Kai, con esta torre de palabras está rozando el cielo. Un abrazo grande, grande, sin el minimo rumor de espinas.