Ahora todo es visible,
todo es luz y presente,
todo manos y manantial.
Ahora todo es creible
bendecible
como una felicidad afinada
en un cielo de trapecios y volteretas.
Ahora la risa se dobla
como una pajarita de papel
que picotea
en los poros abiertos de esta piel
irredenta
que quiere más de ti,
más del espiritu carnal
que nos condena,
más de esas alimañas
cuyos ojos abiertos
brillan en la noche
por la hoguera
que nuestros cuerpos
encienden
en el claro del bosque,
y no sé por qué sigo deseando
las cadenas de rescoldos
que hace un instante
me anclaban al lecho,
tizones de tiempo
para fundir el acero de tus ojos.
Ahora todo es visible
espectros lunares
cincelan el camino
que lleva a los oscuros
abrevaderos
encuentro el rastro
por el olor a escombros
y por esos timbales de sol
que no me dejan
oir tus gemidos.
Ahora todo es visible
en el paraiso que me debes,
no te lo reprocho,
mis deudas tienen más piedras.