A veces, pocas veces, una
película es capaz de conmoverme de tal forma que vuelve la sensación de estar
vivo como una caricia cuyo escalofrío olvido con más frecuencia de la que
desearía.
Untouchable (Intocable) es la historia de la
asunción del riesgo de estar vivo cuando ya estás condenado a la rutina de los cementerios,
del riesgo de aceptar, conocer y querer al diferente, del riesgo a ser
rechazado cuando te enamoras, del riesgo a jugarte tu última oportunidad cuando
has aceptado que ya no hay futuro.
Untouchable es el encuentro de
dos universos humanos separados por una insondable e insalvable fisura social; pero justo en el vórtice del
prejuicio es cuando ellos deciden arriesgar en una apuesta sin ninguna garantía
, se arriesgan a conocerse sin condiciones, a reírse con el otro, a llorar o a
enloquecer, en fin, se arriesgan a vivir.
El contrapunto narrativo de esos
dos mundos lo consiguen Olivier Nakache y Eric Toledano (directores y
guionistas) por tres vías fundamentalmente. En primer lugar la interpretación
maravillosa de los dos actores protagonistas que marcan perfectamente la
polaridad en esta simbiosis. Segundo, la música que va desde la emoción
puramente espiritual de Mozart, Bach, Wagner, Vivaldi, Brams y un largo etc.
hasta la pasión puramente carnal del funky más excitante de Earth, Wind and
Fire. Tercero, el paisaje urbano, social y humano de este Paris del siglo XXI donde
una hora de metro supone pasar del paraíso al infierno. Pero el hilo conductor
de todo esto y lo que fija por momentos el metabolismo emocional en la película
es la maravillosa B.S.O. a cargo de
Ludovico Einaudi.
Al salir de la pelicula no sé por
qué pero recordé la escena final de Some Like It Hot (Con faldas y
a lo loco) cuando ambas parejas llegan a la conclusión de que su
afán es el riesgo de aceptar al otro resumido en la fantástica frase final: …nobody
is perfect (nadie es perfecto) convirtiéndola en una de esas cosas
que te reconcilian con la vida. La diferencia es que Untouchable no es exclusivamente
ficción, está basada en un hechos reales y hasta llegamos a conocer a los
protagonistas verdaderos de la historia y eso, eso te reconcilia con el ser
humano.
Mi más encarecida recomendación es
que la veáis en versión original. El idioma es muy importante en esta película,
las inflexiones, las pausas, la contención y la explosión, los tonos, las
transiciones son fundamentales en el ritmo narrativo.
Ademas, el francés es un idioma
muy bello.
la música:
PHILIPPE
DRISS
la música:
PHILIPPE
DRISS
B. S. O. LUDOVICO EINAUDI
1 comentario:
Me has convencido, Kai, ya lo creo. Procuraré, más que verla, hacerme con ella, si es posible. Hacen falta, hoy más que otras veces, inyecciones como ésta para recuperar un poco de optimismo y fe en la raza humana.
En cuanto al idioma francés, estoy de acuerdo, es uno de los más bellos. Aunque tendría que "engrasar" de nuevo mi oído, pero aquí nos brindas una buena excusa para recuperarlo.
Gracias por la sugerencia.
Un saludo
Publicar un comentario