No sé si en esta vida que me toca
dibujo sombras sobre un lienzo virgen
o sólo
relleno de momentos níveos
una inmensa e inexorable oscuridad
un tiempo sanguíneo
que viaja
a un corazon que no aprende a bombear
tanto delirio
y, mientras coagula el deseo,
de tu herida abierta
no paran de manar
victorias
terror
abismo
sombras
anhelos… hasta piedras…
Tus ojos me devuelven una melancolía
de relámpagos
que labran el averno
en estos muñones que te buscan
como la luz busca
un rastro de tragedias
para hacerse evidente
La radio susurra aquella canción
que era nuestro enigma más diáfano
pero los enanos nunca nos dejaron
vivir como gigantes
… Todo esto mientras te vistes
1 comentario:
Querido Sr. Kai: Aún recuerdo con ternura aquellas conversaciones animadas, columpiándonos sobre acantilados de piedra o haciendo equilibrios sobre los hielos de media docena de caipirinhas, en los que se asomaban nuestros deseos de convertirnos en poetas o en titiriteros, conspirando contra los verdugos de la historia, contra los que siempre niegan la paz y la palabra, y en tus versos encuentro la melodía perfecta para sonreírle a esos fantasmas con los que, poco a poco, he aprendido a convivir, domesticándolos hasta convertirlos en tigres de papel. Quizás algún día fluyan otra vez nuestras risas al unísono, o por el contrario no volvamos a fundirnos en el abrazo de los amigos que, a pesar del tiempo y de la distancia, no tienen espacio para rencores, pero sepa usted que sus poemas siguen siendo necesarios y que contribuyen a que la memoria se amabilice, para que no sigamos el ejemplo de los peces. Apertas, meu.
Publicar un comentario